FAQ
Preguntas frequentes

¿Cómo debo actuar ante un alud que afecte a la carretera?

Si cuando estás circulando por una vía ves un alud es importante que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones.

-No conduzcas hacia él. Un alud es un fenómeno muy espectacular que capta nuestra atención y la motivación por intentar inmortalizarlo con nuestras cámaras puede sobreexponernos.

-Es frecuente que después de un alud se produzcan otros por lo que es recomendable permanecer dentro del coche.

-Avisa desde tu posición del evento y del corte de la carretera.

-Si tienes que salir de tu vehículo ten en cuenta las condiciones meteorológicas y de visibilidad.

– Estaciona tu vehículo en el margen de la vía para facilitar el acceso a los medios de limpieza.

Antes de iniciar el viaje, ¿Qué debo hacer?

Si estás planificando un viaje en época invernal y por zonas donde es posible la presencia de nieve es importante que tomes una serie de medidas de precaución antes de ponerte al volante.

-Infórmate de las condiciones meteorológicas que te encontraras durante tu viaje y de los avisos que se emitan sobre el estado de las carreteras. Planifica tus horarios según las misma e incluso retrasa el viaje si este no es de extrema urgencia.

-Asegúrate de tener lleno el depósito de combustible. Lleva también ropa de abrigo, algo de comida y agua y el teléfono móvil con batería.

-Revisa las cadenas para las ruedas e infórmate sobre su colocación. Realiza los cambios de las cadenas en las áreas de cadenaje que se encuentran a los costados de la carretera. Lleva guantes.

-Durante la conducción respeta la señalización y las indicaciones de la policía y representantes de la administración.

-Se consciente del entorno en el que te encuentras.

¿Qué medidas se toman para proteger las carreteras de los aludes?

Existe un abanico amplio de opciones que abarca desde barreras de malla y diques de hormigón hasta el desencadenamiento controlado de aludes pero todos ellos se pueden encuadrar en un sencillo esquema. Según cual sea la duración de su intervención serán temporales o permanentes y dependiendo de su lugar de actuación activos o pasivos. De esta manera tenemos cuatro tipos de medidas de defensa.

Defensa temporal pasiva

Este tipo de medidas tienen como objetivo reducir la exposición de la población en un   momento concreto en el que el nivel peligro de aludes ha aumentado. Un ejemplo concreto seria el uso de barreras para limitar el tránsito por un tramo de carretera donde se producen aludes. Pueden cerrarse manualmente o bien de forma automática cuando están sincronizadas con un sistema de detección de avalanchas.

Defensa temporal activa

Se trata de actuaciones directas sobre las zonas de salida de aludes para desencadenarlos de forma controlada. Esta técnica requiere un seguimiento continuo de la estabilidad del manto para conocer los momentos propicios para realizar la operación.

Defensa permanente pasiva

Son elementos de protección que actúan mitigando los daños que puede producir un alud sobre una edificación o vía. Estos frenan o desvían el flujo de nieve evitando que esta incida directamente.

Defensa permanente activa

Este tipo de medidas tratan de evitar que se inicie el alud. Se instalan en las zonas de salida de las avalanchas y su función es anclar el manto de nieve. En esta categoría podemos incluir elementos mecánicos como mallas de acero, rastrillos y paravientos que evitan los ventisqueros y acumulaciones. Los bosques también proporcionan un buen elemento de anclaje, por ello son frecuentes los programas de repoblación de zonas que están sometidas a actividad avalanchosa.

¿Es lo mismo riesgo de aludes que peligro de aludes?

Aunque en el lenguaje cotidiano ambas palabras se usan indistintamente, en la gestión de los riesgos naturales los expertos les atribuyen un significado bien diferenciado. El peligro nos indica la probabilidad y la intensidad de un determinado fenómeno. En el caso de los aludes esta información se comunica a través de los boletines de peligro de aludes. El riesgo por su parte incluye tanto la peligrosidad del fenómeno, como la exposición de bienes y la vulnerabilidad de los mismos. Estos conceptos se pueden expresar mediante la fórmula Riesgo = Peligro x Exposición x Vulnerabilidad. En una carretera que discurre a través de una zona afectada por aludes podremos actuar sobre los distintos factores para reducir riesgo. Medidas como el desencadenamiento controlado de avalanchas y construcción de diques de protección nos permiten minimizar el peligro y la vulnerabilidad respectivamente. De esta manera se busca reducir el riesgo al que están sometidos los usuarios y vehículos en la carretera.

¿Hay varios tipos de aludes?

Sí, podemos distinguir entre aludes de nieve húmeda y de nieve seca. Los de nieve húmeda tienen un mayor contenido en agua líquida lo que determina que sean avalanchas más lentas pero que generan elevadas fuerzas de impacto. Las de nieve seca presentan un contenido bajo en agua líquida y generan flujos granulares que alcanzan grandes velocidades y cuya característica más visible es que pueden ir acompañados de vistosos aerosoles. Además de este criterio que nos indica la dinámica del alud también se utilizan otros como la morfología de la zona de salida y también escalas para determinar su tamaño.

¿Qué es un alud de nieve?

Lo primero que tienes que saber es que la nieve no es una materia inerte, sino que modifica su estructura. Cuando precipita se acumula en capas que evolucionan de forma diferente según las condiciones meteorológicas. Estos procesos, denominados metamorfismo de la nieve, generan un manto estratificado verticalmente en el que las uniones entre las distintas partes se fortalecerán o debilitarán según la meteorología. A consecuencia de estos cambios puede haber una pérdida de cohesión que facilite el deslizamiento de la nieve ladera abajo, siendo este el fenómeno al que denominamos alud o avalancha.

¿Cómo afecta la nieve a la carretera?

Las nevadas afectan directamente a la circulación de vehículos y a las vías de comunicación. Además de la nieve que se acumula sobre la vía, en los días posteriores a las nevadas las carreteras pueden verse afectadas por los aludes que caigan de las laderas adyacentes. En el entorno de L’Hospitalet y Mérens estos fenómenos son especialmente intensos debido a la acción del viento que se canaliza y transporta gran cantidad de nieve, generando ventisqueros y acumulaciones.

¿Qué hacer si tienes la mala suerte de verte atrapado en un alud?

Aunque hayas hecho los “deberes” y te hayas informado de hasta el último detalle, recuerda que la meteorología no es una ciencia exacta, por lo cual en caso de producirse una avalancha de nieve, tienes que saber como actuar rápida y correctamente.

Si vas esquiando, lo primero que tienes que hacer es liberarte de las correas de seguridad y de todo aquello que pueda dañarte, como los bastones de esquí y la mochila, siempre sin soltar el equipo de seguridad.

En primer lugar, intenta esquivar el alud de nieve por los laterales y, cuando te atrape, mantenerte en la superficie haciendo movimientos de natación, siempre mientras te abres hacia los lados. Si la nieve empieza a cubrirte, lo recomendable es que adoptes una postura fetal, colocando los brazos sobre tu cabeza para crear una burbuja de aire. No olvides cerrar la boca en todo momento, e intenta respirar pausadamente para conservar el oxígeno.

Cuando el alud se haya detenido y te encuentres enterrado por la nieve, trata de moverte con fuerza para abrir una salida a la superficie o hacer pasar el aire. Si no puedes salir, empieza a emitir sonidos agudos sin agotar excesivamente el oxígeno. En caso de que hayas conseguido liberarte, o que hayas sido testigo del alud sin que te atrape, rescata a tus compañeros lo antes posible, siempre asegurándose que la avalancha ha cesado, y sigue los siguientes pasos:– Llama a los servicios de emergencia e indica tu posición.

– Localiza a las víctimas e intenta buscar señales como ropa o sonidos.

– Si dispones de un ARVA, úsalo para localizar lo antes posible a tus compañeros.

– Empieza a cavar (si sois dos o más, es recomendable hacerlo por turnos).

– Cuando la víctima esté visible, libera su cabeza y comprueba si respira.

– Libera su pecho y empieza la reanimación cardiopulmonar, si es necesario.

– No la muevas, salvo que sea necesario, para no agravar las fracturas.

Consejos de seguridad para aludes

  • Evalúe los riesgos de réplicas antes de intentar un rescate.
  • Evalúe constantemente las condiciones proclives a desencadenar aludes.
  • Las áreas con acumulaciones recientes de nieve son particularmente vulnerables.
  • Las vertientes de mucha pendiente en áreas sombreadas
    también presentan riesgos.
  • Vaya siempre acompañado. Descienda por las áreas de riesgo uno por uno y esté atento a las señales que preceden al alud.
  • Traiga consigo una baliza de rescate para señalizar su posición.
  • Traiga una pequeña pala y una larga vara a manera de sonda para buscar víctimas enterradas bajo el manto de nieve.
  • Aprenda a utilizar el equipo de rescate.
  • Practique con el equipo de rescate.
  • Practique todo lo que pueda con el equipo.
  • Si queda atrapado por un alud intente salir de la masa de nieve o sujétese a un árbol.
  • Si se ve envuelto por el alud, intente nadar hacia la superficie.
  • Evalúe el riesgo de avalanchas antes de intentar rescates.

¿Dónde han tenido lugar los aludes más destructivos?

Durante la Primera Guerra Mundial unos 50.000 soldados murieron a consecuencia de los aludes, la mayoría de ellos desencadenados por el fuego de la artillería, en el frente austro-italiano en los Alpes.

El 31 de mayo de 1970, un terremoto de magnitud 7,6 en la escalera Richter, con epicentro bajo el mar a 30 km de la costa peruana de Ancash, causó un alud en el Nevado Huascarán que arrasó el pueblo de Yungay y mató a 18.000 personas.
En 1999, 300.000 metros cúbicos de nieve se deslizaron a 100 km por hora por una vertiente de 30º en Montroc, en los Alpes franceses. Murieron 12 personas en los chalés cercanos.

Sabías que...¿nieva mucho?

Se calcula que cada invierno cae un cuatrillón de copos de nieve. Es decir: 1.000.000.000.000.000.000.000.000 copos.